En el mundo culinario existe una tendencia cada vez más arraigada que muchos chefs y cocineros ya están poniendo en práctica en sus restaurantes: las flores comestibles. Las propiedades, sabores, aromas y texturas de la flores las hacen perfectas para la creación de recetas innovadoras y espectaculares.
Como podrás estar pensando, no todas las flores son comestibles. No estamos hablando de las flores como elemento decorador o aromatizador del plato. Cuando hablamos de flores comestibles tenemos en cuenta su saber, su aroma, si se puede comer su tallo o sus petalos,...
Si no estás seguro de si una flor se puede o no comer, mejor no comerla. Hay que tener en cuenta que existen flores tóxicas que pueden producir fiebre, vómitos, disminución del pulso o incluso paro cardiaco, como es el caso de la adelfa, muy común en el mediterráneo. Por lo tanto, ante cualquier duda, es mejor preguntar a expertos en la materia o informarse bien antes de lanzarte a la aventura.
¿QUÉ SE PUEDE COMER DE LAS FLORES?
El tipo de flor tiene mucho que decir en este aspecto. Tanto el pétalo como los tallos poseen sabores, texturas y aspectos muy distintos, y por lo tanto, dependerá del gusto que quieras aportar a la comida o de la decoración que quieras incluir en tus creaciones culinarias. Las caléndulas o las capuchinas, son dos ejemplos de flores comestibles que bien se pueden comer la flor entera o solamente los pétalos. También hay que tener en cuenta que muchas flores esconden sorpresas un poco 'amargas' en su interior. El ejemplo lo encontramos en aquellas que en su parte central suelen ser muy amargas y desagradables para el paladar.
VAMOS CON ALGUNOS EJEMPLOS DE FLORES COMESTIBLES
El abanico de flores comestibles es muy grande, pero en el post de hoy en Decoverd queremos presentaros algunas de nuestras favoritas por el sabor y el color que aportan a los platos. Toma nota:
CALÉNDULAS. Muy utilizadas en las ensaladas, dan vida a cualquier plato. También se utilizan para elaborar mantequillas, quesos o inclusos arroces. Su tono naranja aporta colorido y un gran aroma a las típicas ensaladas veraniegas de lechuga, canónigos o espinacas. Se la considera como el sustituto económico del azafrán y su saber es bastante parecido.
BORRAJA.
Lo habitual de esta flor es comer el tallo y las flores hervidas con platos salados como sopas, menestras, verduras rebozadas o salteadas. Por el contrario, también se utiliza en platos dulces su flor fresca, con un gusto suave a pepino, para infusiones, pastelería o confituras. Se trata de una opción perfecta para llevar a cabo una dieta saludable por su gran aporte de sales minerales.
FLOR DE CALABACÍN
Aunque no es muy conocida en España, existen otros países como Italia en lo que es habitual encontarse platos que la incorporen o incluso, en el que sean el alimento principal.
La flor de calabacín es perfecta para adentarse en el mundo de las flores comestibles. Tanto frita como al horno es una opción fabulosa para acompañar o como plato principal.
LAVANDA
La lavanda, muy utilizada en proyectos de decoración de espacios o en combinaciones de ramos de flores, por ejemplo para bodas, es muy común consumirla también en infusiones o tés, o incluso como aromatizador de vinagres o aceites. No obstante, también funciona muy bien para aderezar directamente nuestros guisos, risottos o sopas.
ROSAS
Las rosas son comestibles y combinan a la perfección con postres y batidos de frutas. Los pétalos también sirven como confituras para adornar platos como tentempié para picar.
Por su aroma y sabor las hacen perfectas para elaborar mermeladas o gelatinas. Últimamente también son utilizadas para aportar color a la respostería, como las creaciones de chocolate con rosas que son un gusto para el paladar y el resto de sentidos.
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